Centro Independiente de Informacion Nacional

lunes, 14 de abril de 2008

GUERRILLAS, NARCO Y UNIVERSIDADES

Jorge Meléndez Preciado


 

Lo único en que coinciden quienes han escrito acerca de la matanza de mexicanos y otras personas en Ecuador, a manos del Ejército colombiano, es que el gobierno de nuestro país no ha defendido amplia, cabalmente a los paisanos. Eso de pedir que se investigue el asunto por autoridades extranjeras,  es dejar en la indefensión a mexicanos, no obstante que el deber de cualquier Estado es primero reclamar y luego averiguar si en realidad los compatriotas han cometido o no delito alguno.


 

Varios han señalado que incluso Estados Unidos en el caso de Brad Will, no obstante que era un disidente o adversario del sistema gringo, el gobierno de Bush ha dicho que el asesinato del periodista yanqui debe aclararse por parte de las autoridades de acá, algo que no se ha hecho no obstante las múltiples solicitudes, los cual llevará, sin duda, a que el asunto se ventile en las cortes internacionales y próximamente exista una condena para la administración de Felipe Calderón, a pesar que el homicidio ocurrió en el periodo de Vicente Fox.


 

No debemos olvidar, empero, que en este sexenio no han existido reclamos en contra del trato dado a los inmigrantes aztecas que cruzan el río Bravo o son detenidos por las diferentes razias xenófobas. Ello queda muy claro en  las bien fundadas investigaciones y  reclamos del consultor de la ONU, Jorge Bustamante. En la pasada gira de Calderón al vecino del norte, jamás se levantó la voz acerca de tan enojoso y trágico asunto.


 

Entonces, no podíamos esperar otra cosa que un silencio cómplice en contra de los agredidos mexicanos o la desviación del caso, algo que fue lo evidente por parte de Felipe en Santo Domingo.


 

Luego, el debate ha estado centrado en dos aspectos: hasta dónde tiene  la culpa la UNAM (aunque hay un miembro del Politécnico caído en la masacre) en permitir que algunos grupos apoyen, de diversas maneras, a las FARC y hasta adoctrinen a varios (según Pablo Hiriart y Héctor Aguilar Camín), y lo pernicioso que son lo mismo esta vieja guerrilla y los gobiernos de Hugo Chávez y Rafael Correa para la democracia.


 

En el primer caso, la propia Universidad Nacional ha salido al paso  ante el artero crimen de más de una veintena de individuos, poniendo el acento en que las funciones de libertad, investigación y  posiciones políticas de cada individuo no riñen con  los principios universitarios.


 

En esta discusión, ha jugado un papel importante el director de la Facultad de Filosofía y Letras, Ambrosio Velasco, quien defendió categóricamente y sin ambages a quienes estudian en la institución que encabeza. Especialmente a Lucía Morett, quien se encuentra todavía hospitalizada en Quito, Ecuador.


 

Pero habría que añadir a lo señalado por las autoridades unamitas, que si en realidad se quiere tener centros de investigación y difusión de la cultura, no se puede jamás prohibir ningún tipo de pensamiento ni menos la participación política, la cual antes la ejercían únicamente las autoridades. Es cierto, se deben impedir los desmanes y las atrocidades, algunas de las cuales han cometido, en determinados momentos, varios grupos e individuos. Debemos recordar, sin embargo, que incluso a ciertos personajes se les aplicó hasta la expulsión de la máxima casa de estudios. Pero de eso a decir que en el campus se está incubando el terrorismo o la guerrilla, es parte de un discurso que se asemeja más al de George Bush para invadir Irak: distorsionar la realidad.


 

De ser una secta radical y explosiva, los muchachos ultimados en Ecuador ya hubieran seguido los pasos del EPR, algo que ni las mentes más febriles y dispuestas a censurar a los seguidores de Chávez y las FARC, lo han siquiera insinuado. Más bien se insiste en el espantajo de que estamos ante un movimiento desestabilizador contra la democracia mexicana y estadunidense, las cuales tienen sus asegunes, como sabemos acá y se muestra en el juego político del país vecino.


 

Respecto a que las FARC están financiadas por Hugo Chávez y reciben apoyo de Correa, la situación es más espinosa y menos clara. Al denunciar ante la OEA , Álvaro Uribe, al presidente ecuatoriano de que éste recibía dinero de las FARC, Rafael le pidió los papeles donde se decía eso, y aseguró que los pondría en manos de la oposición y las autoridades judiciales para que los analizaran y en dado caso juzgaran a Correa. Ante ello, Uribe palideció y dijo que no, pues en realidad eran confidenciales y de mandatario a mandatario. Sospechosa o cobarde actitud de Uribe.


 

Una agencia gubernamental de Estados Unidos asegura que las FARC obtienen al año, por secuestros y narcotráfico, mil quinientos millones de dólares. Suma considerable que ni siquiera algunos consorcios estadounidenses ganan. ¿Será posible que no les alcance dicha cantidad a un grupo armado que tiene 44 años alzado y controla más del 40 por ciento del territorio colombiano? Incluso, la exasesora estadounidense, Ana María Salazar, dice que no hay  agrupación que trafique más con drogas que las mencionadas FARC.


 

Es decir, que los grupos colombianos, mexicanos, de las mafias rusas y chinas son unos bebés al lado del septuagenario Manuel Marulanda, Tirofijo.


 

¿No será que todo este borlote sangriento tiene más que ver con el petróleo de Venezuela, el gas de Bolivia, la nueva posición de Ecuador y los intereses de Estados Unidos en donde México está cada vez más alineado y los grupos de poder y sus voceros en nuestro territorio? ¿Tendrá relación esto con el proyecto energético en aguas profundas? Interrogantes que se deben tomar en cuenta y responderse.


 

Discusión, sí; pero no manipulación informativa.

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