Declaración política de ¡UNÍOS! ante el proceso electoral 2009
El proceso electoral que termina este domingo ha comprobado plenamente lo planteado por la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, por los compañeros del EZLN y por la Otra Campaña durante su recorrido por el país en 2006 y 2007. Las instituciones del régimen político mexicano no sirven para resguardar los intereses de la mayoría de los habitantes del país, en especial los de los trabajadores del campo y de la ciudad, incluso sectores de la gran burguesía mexicana se han percatado de lo anterior y dejando sentir la fuerza de sus intereses y sin ningún pudor han increpado y hasta demandado a los partidos políticos, a sus legisladores y al IFE, por atentar contra sus intereses económicos, bajo el argumento de que fueron “violentados sus derechos democráticos” con la pasada reforma electoral; reforma que aun sin probarse, en los hechos ya les hizo crisis y que deja al IFE como un árbitro sin fuerza ni credibilidad, ni mucho menos autoridad moral.
La aparente campaña orquestada para promover el voto nulo, no es ninguna creación de iluminados perversos, algunos oportunistas de siempre quieren pararse enfrente, para hacer creer que la dirigen. Esa campaña camina sola, pues actualmente no son posibles los parches o las reformas a favor de los desposeídos, ésta campaña es un movimiento anti sistémico, espontáneo
Los representantes del IFE, el consejo coordinador empresarial, los partidos y hasta López Obrador gastan fortunas para promover el voto, pero demuestran su insensibilidad hacia los reclamos populares de cambio que van a expresarse a través de anular el voto, declarando que ese camino es inútil, pues el número de los “anuladores”, no va a significar nada para ellos, cuando ya en 2006 la abstención y el voto nulo fueron amplia mayoría y los presidentes de México (el impuesto y el legítimo) fueron electos con el 35% del total de los posibles votantes del padrón electoral.
En el medio intelectual progresista de México, la idea de que las relaciones sociales se pueden transformar sin luchar y sin tocar los privilegios de aquellos que concentran la riqueza en el país, solo tachando una boleta electoral, se convierte en argumento electoral. La sumisión con lo que esto es admitido por ese grupo, y la gente “decente” de México, demanda que no votar es traicionar a nuestra incipiente democracia y nos amenazan con el avance de la derecha, como si estuviese detenida y quieta.
La llamada izquierda institucional, oficialmente ya no es de izquierda, pues el PRD a través de su representante, Jesús Ortega, se ha declarado como defensor de las “instituciones”, lo que nos permite entender con más facilidad de que son parte del régimen y no un partido opositor. Esta izquierda plantea así, que el único referente aceptable, maduro, responsable y posible para la transformación social, es el camino electoral de la mano del IFE.
Para los compañeros de la izquierda posibilista, aquella que solo actúa en la medida de lo “posible” y “serio”, la abstención es una acción negativa para la conciencia de lucha de los trabajadores mexicanos; para ellos es más importante hacer acuerdo con el PT, partido creación de Carlos Salinas que hoy postula entre sus candidatos a Adolfo Orive, mercenario personaje al servicio de la contrainsurgencia en Chiapas, golpeador del zapatismo y de otros movimientos sociales, viejo dirigente de los hermanos Salinas y del grupo de poder del expresidente, incluido el hoy líder vitalicio del PT Alberto Anaya y asesor cercano de Ernesto Zedillo.
Para estas personas entrar en alianza con el Frente Amplio Progresista (FAP) es un problema táctico, menor, no de principios. Para ellos no hay problemas de clase, sino democráticos entre derechas e izquierdas, así simple, no entre clases sociales que se confrontan. Para ellos estar con López Obrador es ser de izquierda, no importa que el candidato o dirigente se llame Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho, o cualquiera de los exfuncionarios del salinismo y de las otras corrientes que al quedar fuera del reparto del poder se fueron con AMLO sin ningún prejuicio. Estos ex-compañeros han teorizado lo que nuestros maestros llamaron política de Frente Popular, de manera tal que aparecen como los paladines de la democracia, a secas, en abstracto y sin rubor son candidatos de ese partido, por el que llaman a votar.
Aquello de “gobierno obrero y campesino” solo queda para slogan o cliché en la firma de sus documentos o como consigna para los momentos de reflexión autocrítica sobre el qué estamos haciendo, bueno, todo sea por el presupuesto. Participan en el proceso electoral para ver qué sacan y sin prejuicio se montan en el carro que “moviliza a las masas” y al movilizar al Pueblo para servir a su interés personal le capitulan sin ningún empacho al Frente Popular del cual forman parte. Qué hicieron o declararon ante el circo de Iztapalapa y la aberración del caso “Juanito”, gesto del más absurdo trato racista a una persona humilde, ejemplo de autoritarismo y antidemocracia a una persona, un partido, a los electores, a los legisladores que serán electos y hasta al jefe del GDF. Triste pero cierto, los viejos compañeros, callaron.
Por otra parte en la izquierda posibilista hay un sector que es independiente y revolucionario, pero que se empecina en mantener las instituciones de la democracia burguesa, sobre todo la electoral. Qué necesidad hay de llamar a que vayan a las urnas a anular el voto, a votar en blanco, a votar por tal o cual preso, presa. Su esfuerzo no va a contar, lo que sí van a contabilizar es la participación de personas, se anulan los votos pero se le gana al abstencionismo. Pero lo peor es que este llamado conlleva a la siguiente reflexión: sí, hay que ir a las urnas, el problema es de forma, no hay quien nos represente, pero en el fondo la democracia electoral puede servir.
Nosotros pensamos que no, que esta democracia y esta forma de representación NO SIRVE PARA NADA A LOS TRABAJADORES, CAMPESINOS, INDIOS, PUEBLO EXPLOTADO, sirve sólo a los intereses de los aparatos burocráticos, a las castas que se han enriquecido de los negocios con el erario público, a las clases dominantes, a los sectores del empresariado internacional que quiere una democracia formal con la cual convalidar sus negocios, pero que esté a su servicio, domesticada, servil.
Incluso existen otras fuerzas que llaman a participar en el proceso electoral por considerarlo una forma de participación popular de las masas explotadas, cosa más equivocada, ya que en esta elección y en las inmediatas anteriores, esta participación tiene una clara actuación burocrática de las personas, hombres y mujeres profesionales de la política para participar no con el fin de avanzar en su programa o proyecto político, sino para colocarse en algún cargo de la administración pública, para beneficio propio y de los intereses que puede representar. Por eso vemos que sin el menor dejo de vergüenza estos profesionales de la política pueden saltar de un partido a otro, de una corriente de su partido a otra, sin mediar la menor explicación.
Llamar a votar así sea de manera “rebelde” convalida al entuerto llamado IFE, a las reformas antidemocráticas y reaccionarias hechas por los legisladores de TODOS los partidos y al final de cuentas a aceptar los resultados que el proceso genere.
Pensamos que el mensaje que los socialistas y el movimiento anticapitalista en general debemos enviar a todos los compañeros y compañeras de nuestras organizaciones sociales y políticas y al pueblo en general, es que este sistema ya no sirve para nada, que hay que cambiarlo y edificar otro régimen político con el concurso de todos y de todas, construyendo desde abajo un nuevo pacto social que les restituya a los pobres del campo y de las ciudades sus derechos, que entre todos se redacte una nueva Constitución que dé paso a nuevas formas de relación social y económica. Como lo propone la VI Declaración de la Selva Lacandona, aunque unos crean que hoy no es posible, ¿no creen que es mejor intentarlo a seguir fortaleciendo al régimen que lleva hambre y miseria a nuestro pueblo? Aunque hoy este movimiento no sea de masas, nosotros los hombre y mujeres de ¡UníoS! creemos que es el campo correcto en el que hemos decidido actuar y jugárnoslas en serio por el bien de los de abajo.
A los mexicanos y mexicanas que se organizan y hacen la lucha de resistencia, los llamamos a construir “La Otra” fuerza política necesaria y alternativa a los partidos oficiales ante la degradación evidente de la clase política oficial. Los caminos para hacer política y organizarse, tal como lo propone la VI Declaración de la Selva Lacandona, sigue más vigente que nunca: “….Y así en general, nosotros vemos que en nuestro país, que se llama México, hay mucha gente que no se deja, que no se rinde, que no se vende. O sea que es digna. Y eso nos da mucho contento y alegría porque con toda esa gente pues no tan fácil van a ganar los neoliberalistas y tal vez si se logra salvar a nuestra Patria de los grandes robos y destrucción que le hacen. Y pensamos que ojalá nuestro “nosotros” incluyera todas esas rebeldías.”
Así pues, consideramos que las cosas se resolverán por medio de la lucha social, de la movilización de las masas en contra de sus patrones y explotadores y de los malos gobiernos y líderes corruptos, que es nuestra tarea ayudar a que estos movimientos se generen, crezcan y triunfen, ellos, sus movimientos. Para ello hay que hacer muchas más cosas que llamar a la población a emitir un voto, hay que llamarla a que se organice y luche por sus demandas, con sus formas y modos, los de cada uno, no los nuestros ni mucho menos los del régimen.
Solo así lograremos un cambio real para nuestro Pueblo.
México, DF a 30 de junio de 2009.
¡Por un gobierno Obrero, Campesino, Indio y Popular!
Unidad Obrera y Socialista (¡UníoS!)
Contacto: Dr. Carmona y Valle 32, colonia Doctores, DF // Tel.: 55780775 y 55784711 // E: uniosfp@hotmail.com
Centro Independiente de Informacion Nacional
sábado, 4 de julio de 2009
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