Por decreto, Felipe Calderón hace deducible de impuestos la educación privada básica.
Socializar los costos, privatizar las ganancias. Ese podría ser el lema de todos los gobiernos neoliberales, y el de Felipe Calderón no se queda atrás. El 14 de febrero, por decreto, hizo deducible de impuesto la educación privada básica, media y media superior. Esta medida va a privar a hacienda de importantes recursos, y es equivalente a subsidiar la educación privada.
Con una respuesta que parecía sacada de la biblia neoliberal "Libertad de Elegir", de Milton y Rose Friedman, Calderón dijo que su acción se debe a un principio distributivo, ya que "los alumnos que asisten a escuelas privadas no representan un costo para el Estado en materia de educación, aun cuando sus familias siguen contribuyendo a financiar el gasto de la educación pública por medio del pago de sus impuestos."
Lo que era un principio de justicia distributiva era que los ciudadanos más privilegiados, aquellos que tienen fondos para pagar una educación privada para sus hijos, subsidien los servicios de los menos privilegiados, de aquellos que no tienen otra opción más que la educación pública. La medida de Calderón sólo va a romper con ideas que fueron crisol del estado liberal, como la de Contrato Social de Jacobo Rousseau. Esto lleva de manera inexorable a una mayor polarización, ya que las escuelas privadas ahora subsidiadas por todos nosotros mantendrán su nivel, mientras que la educación pública, que lleva años en picada, seguirá cayendo.
Esta medida se tiene que entender en el marco de la Alianza por la Calidad Educativa, los recortes a universidades públicas y en general el embate del gobierno contra el sector público, donde salud y educación son las primeras víctimas.
Atento a los mandatos del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, Calderón desoye los consejos de otros organismos similares, como la UNESCO, que recomienda que el 8% del gasto público vaya a educación.
Desde el Grupo de Acción Revolucionaria denunciamos estas medidas privatizadoras y llamamos a defender la educación pública. No podemos dejar que el gobierno subsidie la educación privada mientras abandona el sector público. Te invitamos a levantar la bandera de una nueva revolución junto con nosotros. A defender no sólo los espacios existentes en la educación pública, sino luchar por nuevos espacios que atiendan la enorme demanda social.
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