Alfredo Méndez
En México, país con 70 millones de pobres, para muchos se vuelve un tormento el regreso de sus hijos a clases por la necesidad de comprar útiles y uniformes, pero hay un sector de la población que está ajeno a esa problemática: los trabajadores del Poder Judicial de la Federación (PJF).
Cada año, durante el mes de agosto, desde personal de intendencia hasta magistrados del tribunal electoral y ministros de la Suprema Corte reciben un bono correspondiente a un mes de salario íntegro.
Todos estos trabajadores, incluso los solteros y los que no tienen hijos, reciben este apoyo a su sueldo mensual, al que identifican coloquialmente como mochilazo, debido a que su entrega coincide con el regreso a clases.
De acuerdo con el Manual de percepciones, prestaciones y demás beneficios de los servidores públicos del PJF para el ejercicio fiscal 2009, y con la Ley Orgánica del organismo, así como con un recibo de nómina de un trabajador de un juzgado federal, que solicitó a este diario el anonimato, en la primera quincena de agosto cada funcionario del Poder Judicial recibió un mes de sueldo correspondiente a la prestación extraordinaria denominada Apoyo para el desarrollo personal y profesional, por única vez al año, que se acompaña con la clave 09, dentro del apartado de descripción conocido como estímulos a la productividad.
“Y lo mejor está por venir, ¡eh!… aquí nos va muy bien cada fin de año”, dice un actuario judicial de un juzgado de distrito, en referencia a otro bono correspondiente a un mes de sueldo que reciben cada año en noviembre (estímulo de fin de año… segunda parte; la primera parte se les entrega en abril), el cual es independiente al aguinaldo.
Centro Independiente de Informacion Nacional
viernes, 28 de agosto de 2009
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